El ojo subconsciente: Cuando la intuición dispara antes que la razón
- The Urban Light Project
- 1 day ago
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Vivimos rodeados de estímulos. Luces, sonidos, caras, conversaciones, pantallas....Nuestra mente filtra miles de imágenes y de inputs todos los días sin que nosotros seamos conscientes de ello. Este es un mecanismo natural de defensa, de otra manera, estaríamos totalmente saturados por el flujo constante de información.
Sin embargo, algunas veces, hay algo que se escapa a ese filtro ---- algo que provoca que volvamos la cabeza, que le demos una segunda mirada, algo que sale fuera de nuestros esquemas, algo que, si tenemos la cámara encima, simplemente levantamos y disparamos sin pensar.
Esa chispa puntual que se enciende, ese momento que no podemos explicar, es lo que podríamos llamar el ojo subconsciente.
Podríamos decir que nuestro ojo fotográfico tiene 3 modos de trabajo (quizás incluso más). Por un lado, estaría el modo más racional, esa búsqueda de la composición perfecta, esa búsqueda del momento decisivo que Henri Cartier-Bresson definiía como la esencia del control y la precisión. Por otro lado, el modo explorador, donde estamos alerta, pendientes, con la mente abierta a todo lo que se ponga delante y filtramos de manera consciente aquellas cosas que vemos y nos cuadran dentro de nuestra visión y, por último, es modo inconsciente, primario, donde estamos distraídos con otras cosas, sin pensar de manera intencionada en hacer fotos, pero las cosas se "cuelan" literalmente en nuestra retina.
Este ojo subconsciente funciona de una manera más profunda, primitiva quizás. Percibe de manera subjetiva la luz, las formas, los gestos, aquellas cosas que quizás nos resuenan, o que quizás salen fuera de nuestros esquemas, todo ello sin una explicación racional. Quizás una sombra familiar, una cara diferente, un reflejo, algo en una pared que no cuadra, en definitiva, disparadores de nuestra intuición. No lo razonamos, simplemente sabemos que hay una foto y disparamos si tenemos la cámara a mano.
Pero hay dos cosas importantes aquí: la preparación y la suerte, La preparación es saber que tenemos una cámara (o un móvil) lista para disparar con la configuración adecuada o al menos decente y, por otro lado, la suerte, eso que permite poder tomar la fotografía en el momento que ocurre.
Quizás la fotografía salga borrosa, o quizás parece que no ha salido lo que queríamos. A veces, simplemente, las fotos no salen. Pero otras veces, tenemos éxito y descubrimos algo que estaba ahí y nos llamó la atención.
En esta fotografía tomada en Brighton en el 2015, los ojos de manera automática se van a la chica, a su vestido verde, al pelo pelirrojo, al sombrero, a las medias, a observar una nota de color fuera del entorno que la rodea, más gris. Pero si observamos la foto, seremos capaces de desvelar otros detalles y descubrir otras cosas más. Esto ya es tarea tuya.

Quizás esto es por lo que la fotografía de calle es un poco una terapia, un autodescubrimiento, un ejercicio de observación más detallada del mundo que nos rodea, ese alejado de la naturaleza, de los árboles, de los animales salvajes. Cada foto muestra tanto lo que nosotros hemos visto como aquello que nos ha visto a nosotros.
Y tú? ¿Qué piensas?

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